jueves, 7 de agosto de 2014

Mi alma, un cristal y un proyectil


Hoy siento que mi alma muere lentamente y sin querer frenar esta agonía me percato de que mi cuerpo no lo hace al tiempo de mi alma, mi cuerpo vive, aún le queda mucho y eso desespera. Las palpitaciones, la ansiedad, la angustia me obligan a hacer cosas que no quiero, hay un extraño dentro de mi.

Un enorme, perfectamente translucido y casi puro cristal fui construyendo en mi vida... un hermoso y delgado cristal que disfrutaba mirar, pulir y tocar día a día. Me obsesioné, mi vida se convirtió en un ser autómata, un exclusivo cuidador de ese cristal, es que hacer ese trabajo me hizo realmente en extremo feliz... ahora me detengo y pienso qué es ese cristal... ¿es mi alma? ¿cómo puede ser?, si se encuentra fuera de mi...

Me siento triste, mi alma está muriendo y deseo que por mi mejilla rueden las suficientes lágrimas para que mi cuerpo se agote, que termine cansado, destruido. Sin embargo, me es dificultoso recordar aquella última vez que mi mejilla fue atravesada por esa gota de agua salada.

No quiero andar con rodeos... ese cristal grande y brillante ya no existe, ese objeto que solía ser hermoso e incluso envidiado ahora no es más que basura... basura que no tengo ganas de limpiar, me estorba... basura que desearía que sea polvo para que el viento se lo pueda llevar fácilmente. Ahora me da vergüenza haber hablado de él en presente, como si existiera, como si aún quedaran esperanzas, un estúpido.


Cada segundo tengo pensamientos que me invaden constantemente, no imagino una guerra humana de tal intensidad, una batalla que no da tregua, con la incesante  vehemencia de no dejar absolutamente nada con vida.Y recuerdo ese instante donde un proyectil a toda velocidad alcanza el cristal, juro que a pesar de la velocidad puedo verlo en cámara lenta y desde todos sus ángulos. Puedo ver en mis recuerdos, como si fuese una película de ciencia ficción, cuando esos dos objetos entran en contacto, justo en el centro del cristal, creo que con el objetivo de no dejar ninguna parte a salvo. El cristal se rescrebraja, lo veo en cámara lenta, no puedo creerlo, esto es real (me lo repito constantemente) mi corazón late fuerte, puedo sentir que intenta salir, irse, para no ver. Me pregunto si es real, o sea, esto no es ciencia ficción, pero de verdad me está pasando, me está pasando a mi... me pregunto si mi alma, el cristal y el proyectil son la misma entidad o diferentes...

 Hoy siento que mi alma muere lentamente y creo que el problema es que es lentamente, me desespera, y me convierto en un extraño.